El interior de la provincia de Castellón nos ofrece múltiples atractivos turísticos, que justifican sobradamente la visita a distintos municipios en plena temporada estival. La comarca de Els Ports proporciona al visitante sorpresas muy agradables, y que corresponden en gran medida a un patrimonio histórico-artístico singular
Desde Morella continuamos la ruta en dirección a Zorita del Maestrazgo, situada a unos 23 kilómetros de distancia, en lo alto de una colina desde donde se domina el valle del río Bergantes. El principal monumento de Zorita (en donde viven actualmente 128 personas) es el Santuario de la Balma, incrustado materialmente en la rocosa ladera, prácticamente vertical, de la montaña conocida como "la Tossa".
El santuario, que dista un par de kilómetros del pueblo de Zorita, está ubicado concretamente en lo más profundo de una gran cueva ("balma", en valenciano), estando recubiertas por muros con ventanas las distintas oquedades. El único acceso a este santuario se realiza a través de la hospedería-restaurante, que ocupa igualmente esta serie de abrigos naturales o de repliegues de las cavernas.
Resulta sobrecogedor este originalísimo angosto acceso al santuario, ya que el visitante ha de agachar la cabeza en varias ocasiones para no tropezar con las rocas que cubren el pasadizo, al que llega la luz del día a través de unas balconadas, desde las que se domina una espléndida vista sobre el río Bergantes, que describe a los pies mismos de la Balma un pronunciado meandro.
El aire de misterio que envuelve este santuario se acentúa cuando llegas a la capilla donde se venera la imagen de la Virgen de la Balma, y que está rodeada de rejas, en el centro de una gran gruta.
Junto a la capilla se halla otro habitáculo que resulta impactante, ya que de sus muros penden los exvotos, con una larga serie de objetos que reproducen partes del cuerpo humano aportadas, en acción de gracias, por personas anónimas, que agradecían así su curación por la intercesión de la Virgen de la Balma.
Hay que resaltar que, entre las curaciones milagrosas, abundaban las correspondientes a los posesos y endemoniados, que acudían a la Balma para intentar superar sus enfermedades mentales.
La lucha entre el ángel y el demonio
El día grande de Zorita del Maestrazgo es el 8 de septiembre, cuando acuden al Santuario de la Balma gentes procedentes de numerosas poblaciones de Castellón y Teruel, y que tienen su principal punto de encuentro en la hermosa "creu coberta" (cruz cubierta) situada al principio del camino de acceso al santuario. Esta cruz está resguardada bajo una cúpula sostenida por varios pilares y decorada con frescos con motivos religiosos que fueron pintados durante el siglo XIX por el pintor Cruells.
Ante esta cruz cubierta se representa anualmente la lucha entre el bien y el mal. El periodista José Luis Serrano Fabregat, especialista en fiestas y costumbres, considera que las danzas de Zorita pueden ser "el resto de una de las más ancestrales representaciones sacras que todavía guardan las comarcas castellonenses".
El 8 de septiembre, un ángel, encarnado por un niño, lucha y derrota a Lucifer, representado por un hombre maduro con el rostro tiznado y ataviado con una extraña vestimenta, en la que predominan las pieles, y que durante el combate lleva en la mano una serie de bengalas. El ángel consigue desarmar al demonio (que lleva cola, o rabo, conforme a su imagen típica), tirándolo al suelo y colocando un pie sobre su cabeza en señal de victoria. Posteriormente se realiza la procesión, en el transcurso de la cual se interpretan varias danzas ancestrales, con el acompañamiento del "tabalet" y la "dolçaina": "lauradorets", "pastorets", "gitanetes", "les verges", etc.
Las personas que bailan estas danzas (que tiene varios siglos de antigüedad) visten faldas de tres colores (amarillo, verde y azul), camisa blanca y pantalón corto atado con cintas, calzando alpargatas.
Además de la visita a este santuario, cuya antigüedad se remonta a los siglos XIV y XV, Zorita del Maestrazgo ofrece otros atractivos importantes, como son los parajes naturales existentes en su término municipal, sobre todo en las inmediaciones del río Bergantes y de la montaña de Sant Marc. Abundan los manantiales ("del Planell" o "de les Fonts Calentes") y encontramos también frondosos bosques de pinos y carrascas.
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