jueves, julio 19, 2012

Hay un camino que te lleva...

...y otros mil que te desorientan.


Igual es que no sé lo que quiero.
Tengo unas exigencias que en ocasiones olvido.
La última vez igual pagué en exceso un error inicial que arrastré, pero bueno, al menos tuve la posibilidad de resarcirme y demostrar la mejor cara.

En el futuro, quien sabe.
En el pasado... ojalá hace un año las cosas hubieran salido de diferente manera. Quién sabe que idioma estaría hablando ahora, en que ciudad me encontraría, pero hay una cosa que sé y no voy a contar, sois inteligentes.

No queda más que hacer una carta a todas las catástrofes, quemarla a fuego medio y rápidamente escribir una nueva y diferente, en la que aunque no se sepa el nombre del destinatario si ponga que tengas nivel intelectual para mantener conversaciones, que me hagas reír, que me guste tu forma de vestir (horteradas y taconazos, ni en los cuadros), que estés bonita de ver, que seas buena gente, que tengas inquietudes pero no pases del blanco al negro ni del jazz al rock&roll, que acaricies bien, que... bah, ya no sé si engañarme o rendirme.

En definitiva, que el triángulo Cariño-Confianza-Sexo sea equilátero.
Y no tengo prisa, aunque sí que estos días he echado de menos un apoyo de ese tipo.

Mientras tanto, el gran teatro del mundo debe continuar...

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