jueves, octubre 04, 2012

LA MARCA EN NUESTRA FRENTE...

...es la de Caín.

Ese punto que nos acerca al abismo infernal me vendría bien en una noche como la de hoy. Tengo frío. No me gusta dormir con frío ni en verano.
Por cierto, hay un mecanismo en el cuerpo que nos despierta si baja la temperatura corporal: evolución y supervivencia.

Pase lo que pase o mejor dicho, me ponga lo que me ponga, lograré calmar esta sensación. Lo que no lograré quitarme y ya es un símbolo en mi rostro son las ojeras.
Dormir duermo bastante y bien. Los días de insomnio mal entendido ardieron, lo cual es una pena en esta noche de fresquito, pero vamos a catalogar eso como otro ejemplo de evolución y supervivencia.

Lo que no sé si catalogar así son los resultados de un estudio que decían que andar en línea recta con los ojos vendados/cerrados es imposible: siempre nos vamos a desviar.
¿Entonces por qué nos repiten una y otra vez que en la vida sigamos una línea recta si, con todas las cosas que nos despistan y nublan la vista, va a ser imposible?
Paradojas y analogías mal encaradas.

Un bolero enfermo de amor rezaba que "no hay nada más difícil que vivir y más fácil que morir", aunque siempre diré que nos complicamos nosotros solos nuestro caminar.
Ya seas Caín, Abel o estés en el lado que quieras, hasta los demonios tienen sueños dulces y los ángeles pasan frío, seguro.

No sé a cuento de que viene esta parte final, pero ha salido lanzada y, ya que salieron cosas de los sentidos y la evolución, nada más inherente al ser humano que el bien y el mal.
Y una pregunta se me va a quedar en el aire: ¿en qué momento de la vida aparece el mal?
Miro a un bebé crecer y no lo siento.
Veo a los niños pequeños y siento pena al ver que un día pierden la inocencia. En algún momento lo aprenderán de nosotros.
Lo llevamos dentro, a la altura de la frente y en los genes.

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