Mirando mapas con "carreteras perdidas de la Tierra" y olvidando que no puedo doblar la pierna más allá de los 90º.
Confío en los rehabilitadores con la misma tonta sensación que las ardillas miran la comida que les ofreces: la victoria se celebra tras la consecución de los objetivos, no antes.
Lo que sucede hasta llegar a la gloria del éxito es un camino que merece recorrerse sin saltar ningún paso: aprendizaje, empeño, esfuerzo, fracaso, dudar, observar el marco de actuación, nuevas estrategias, probaturas varias... y vuelta a empezar las veces que haga falta.
El sabor al conseguirlo será tan glorioso como la bellota le sabrá a la ardilla que apenas come frutos de dudosa seguridad en el parque.
La suerte será algo que no se podrá controlar, pero cuanto más la tientes más cerca estará.
Buen provecho.
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