Firmas preparadas
para controlarlo todo,
que no les falle nada
que estropeé
lo que no se puede ver
y a veces ni sentir.
Nunca sabrá lo que
había en ella,
nunca podrá golpear
como las olas,
y Lucía se perdió
en el bosque de metal.
No acudió a la cita
con su boda,
en el ramo había 10 rosas
y sus espinas,
se quedaron sin clavar y plantadas
en su lugar.
Yo iré, y no es broma a por ella.
Yo iré, no esperaba no era el novio.
Quiero saber lo que
había en ella,
quiero tener mis manos
con las suyas.
Y Lucía me encontró,
antes de que yo lo hiciera.
Y las hojas de metal
se fundían a su paso,
dejando entrever
lo que no vería
ni el novio.
En mis manos una flor, y en mis labios un adiós,
"porque es algo que no la diría nunca más".
Sonrió y se tragó la alianza,
"no me pidas que me case
porque es algo que no quiero".
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