...pero me siento jodidamente bien.
Viene una semana rara, pero es lo menos que podía seguir a un domingo que continua una situación peculiar.
Alguien a veces decide meter una bala en el cargador, gira el tambor y dispara. Hay una posibilidad frente a cinco, pero la probabilidad es caprichosa y significa poco.
Por la calle cruzas personas y, como todo lo que está lejos siempre nos parece más atractivo, nos olvidamos de las múltiples situaciones que podrían generarse en torno a los más cercanos.
Claro, el más allá suena misterioso y atractivo, pero las cosas más luminosas se forjan en la cercanía.
Y esta semana empieza en lunes y espero que acabe bien, pero lo que se acerca seguro es el viernes y con ello una operación que aunque tengo muy asumida, me inquieta en cuanto a la carga de las palabras que lleva ese hueso de más.
Como decía el gran Sergio Algora, "...y sonreír, que nadie imagine que podemos sufrir...".
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