En ciertos momentos, lo mejor es romper el mundo con una forma distinta de hacer las cosas.
La gente olvida las curvas más allá de las carreteras y de las formas femeninas y quieren seguir líneas rectas, pero las líneas que se quiebran ofrecen puntos de ruptura y nuevas perspectivas.
Aunque las cosas no lleguen a ser tan diferentes que al menos no sean clones.
¿Nos complicamos de más o es mi imaginación?
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