Parecía que iba a llover y realmente no sé si hacía frío. Personalmente no tenía esa sensación.
Me fui a la cama escuchando historias desconcertantes en boca de sus protagonistas y, mientras duraba la vida de los otros la mía pasaba en pequeños pasos.
Llegados a la cama dejé sonar la radio y pensé en la posibilidad de perder mi trabajo. Puede ocurrir, no lo veo tan complicado, así que pensando en alternativas apostaría por los contenidos de mi cabeza.
En el ordenador guardo muchos bocetos, historias, textos... pero nunca me pongo a darles forma.
Algo de pereza hay en el fondo, pero ya me dolería tener que perder casi todo para jugármela a una carta complicada de ganar.
¿Por qué no adelantarse a lo tiempos? MODERN TIMES gritan algunos, otros venden miserias que no son tales y yo, yo no sé de que hablarte.
Lo que quiero me lo guardo esta noche, ya llegarán noches para contar cosas.
La noche es para los que sueñan.
La vida para los que la abrazan (y otras 200.000 actividades variopintas más).
No sé, no sé qué tipo de noches son aquellas en las que no se habla, pero cuanto más cerca estás del equilibrio (cada segundo se muere un equilibrista interior) menos necesidades hay.
Así que no extrañe si salgo por la vía del SHUGENDO cualquier noche de estas.
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