Sentado en la parte alta de una montaña siente ganas de volver a la anterior generación.
Se levanta y escribe un SMS.
Sonríe sin saber el motivo, pero como un mundo mejor es una utopía, los suyo será luchar por algo personal.
Llega la noche y espera que pasen las semanas, pero va a saborear cada día, porque lo que no es, no existe.
No hay futuro sin presente. No se crea sin transformación o destrucción.
Mi padre me dio muchas lecciones, pero me transmitió con ahínco una que él aprendió tarde: tú mejor amigo, eres tú.
Lo ampliaría a más rangos.
La primera experiencia es interna, todo empieza en uno mismo. Y de ahí sale.
Pero al igual que la sociedad hizo con la comida, con los sentimientos nos pasó igual: los sacamos a los demás con conservantes y potenciadores.
Naturalidad, ante todo naturalidad.
Que nos saboreen como somos en los besos y los apretones de manos.
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