De pequeño mi entorno tenía sus motivos (importantes y comprensibles) para no prestarme la atención que podía necesitar.
Así que pronto aprendí a ser independiente y desarrollé sin darme mucha cuenta una especial protección hacia mí.
Me empecé a escapar del resto, del mundo, de los demás.
Como todo fuera de su justa medida, podía ser un arma de doble filo.
Pasado un tiempo mi entorno recobró las fuerzas (con mucha vitalidad) y las dos partes nos encontramos con que habíamos cambiado lo suficiente como para reconectar fácilmente lo que antes habíamos quebrado.
El ajuste total nunca llegó a producirse, aunque en la actualidad ese punto de serenidad, calma y cordura reine en el ambiente, todos sabemos que las cosas han cambiado.
Por desgracia hay vacíos, pero la grandeza de la persona hace posible que en el vacío se imponga esa persona.
De ese período de tiempo guardo rasgos de mi carácter que me serán difíciles cambiar: cierta individualidad, formas particulares de hacer las cosas, confianza excesiva en mí... y algunas otras más.
Algunas he procurado cambiarlas, puliendo ese individualismo hacia una empatía con las personas que me rodean, gracias a lo cual hay personas que se han convertido en importantes, por las que realmente me intereso y siento gran afecto.
Pero ese sentimiento también se desarrolló en el extremo opuesto: aprendí a odiar (algunas razones ya las he explicado varias veces) y ese sentimiento no me es nada ajeno. Es más, al igual que necesito afecto, en ocasiones necesito odio, no lo puedo remediar, necesito alguien a quien denominar némesis y casi siempre encuentro los mismos puntos de mira a los que mirar.
El problema en este punto surge cuando en ese odio se desborda la razón, vuelve fuerte el individualismo y me elevo otra vez por encima del resto, del mundo, de los demás y hasta de la ley y del bien y del mal.
En ese momento se pierde la razón y si no hay cuidado, los papeles y muchas cosas más.
No conviene olvidar de donde venimos, qué somos y que los demás construyen también vidas, aunque no sepamos ver más allá de nuestros ojos.
No sé si decir que hoy no es un buen día para mi cabeza,
pero tampoco lo es para mi corazón (en su sentido físico).
Anda raro en las últimas fechas y barajo con más decisión la posibilidad de operarme
lo antes posible.
:(
La cabeza, el corazón...
...envejece y se resienten, como el barrio.
Hace un par de años el barrio cambió porque había dinero, aparecieron nuevos y más importantes comercios y se notó en el flujo de gente por las calles.
Ahora vuelve a cambiar, pero más forzada y deprimentemente.
Algunos comercios cierran y se transforman en una nueva tienda, otros cierran sin saber qué vendrá después. Algo debió hacerse mal para acabar así.
Mientras estas personas hacen sus cuentas para llegar a fin de mes,
un dato confirma que la profesión del momento (y quién sabe si del futuro) es la de pirata. Nada más y nada menos que 30 millones de euros sacaron los pìratas de Somalia.
Me deja sin palabras y con muchas preguntas: ¿quién los paga si nadie dice pagarlos? ¿A dónde va ese dinero? ¿Quién, cómo y dónde lo entrega?
En fin, nunca lo sabremos.
Hablando de piratas, un breve recuerdo a un familiar que estos días está grave.
Recuerdo cuando ella venía a casa y decía "mi piratilla", je.
Pase lo que pase, siempre ha sido una persona que en mi familia hemos apreciado,
por lo que confío que llegado su momento mi padre la espere.
Sigue faltándome mi padre, mucho.
¡Cuántas noches se desvanecen con su recuerdo!
Fue tan raro aparecer el 1 de noviembre en el cementerio...
... ¡qué injusta fue la vida con él!
Siempre subiendo una montaña, siempre luchando contracorriente,
siempre sobreponiéndose a todo.
Recuerdo cuando una de mis primas me decía que a pesar de tener una apariencia física frágil,
había sido de los más duros de sus hermanos.
¡Me vienen tantas cosas a la cabeza!
Sus historias, sus anécdotas, sus consejos, sus broncas...
Me río ahora de todos los que hablan de memoria histórica.
Cuando él hablaba de la Guerra Civil y de los años de la posguerra,
descubrí esa otra parte de la historia: la intrahistoria que cada uno lleva consigo.
Por ejemplo cuando llevaron a fusilar a sus hermanos, el miedo a la noche, la angustia de esperar a un familiar, los sentimientos encontrados... y sin embargo no hablaba nunca de odio.
Por eso no entiendo lo que ha hecho Garzón: "deja el caso de la Guerra Civil tras comprobar que Franco ha muerto".
No entiendo nada. ¿Qué pretendía este señor?
Ahora se lava las manos y deja decisiones importantes a terceras personas que tendrán que decidir sin un criterio fijo.
Hay gente que quiere los restos de sus familiares y están en su derecho.
Y no es bueno jugar con los sentimientos de la gente, al igual que no conviene remover ciertas rencillas.
La guerra acabó hace muchos años, y las personas que rondan los 30 años no saben NADA de aquella época por su propia experiencia, hubo muertos y fusilados en los dos bandos... ¿queremos avanzar o retroceder?
Realmente el mundo es un lugar tan difícil de comprender a veces...
...tanto como nuestras propias mentes.
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2 comentarios:
Siempre leí que los blogs en cierta forma eran una especie de terapia .Todos alguna vez subimos post en donde dejamos muchas cosas de nosotros.
Esa especie de amor odio que contás , creo que en cierta forma todos las tenemos, lo bueno es saberlo controlar y manejar para que no nos perjudique .
Y con lo de tu papá a veces la vida es injusta , pero la vida es así , nos dá y a veces nos quita y no tenemos tiempo ni siquiera a reaccionar o a entender razones .
Muy duro lo que contás de la Guerra.
Yo desde que salió el tema de la Memoria Histórica mantuve siempre una postura y es la de mantenerme como observador más que nada por respeto .
habrás visto en mi Blog varios post referidos a la Guerra de Argentina . Y es muy doloroso .
Y yo comparo una y otra y las veo iguales . Tantísimo dolor y como decís vos de un lado y del otro .
Lo de nosotros igual . Me duelen las dos . Que todo lo que proyectas se te cumpla , con tu operación y con todo .
Un abrazo
Chau
completamente de acuerdo.
es una forma de desnudarse y soltar el lastre que nos pesa demasiado.
me resultaría muy complicado sentarme delante de una persona que no conozco a relatar mis cosas,
pero a través de esta ventana y de forma más o menos anónima uno desahoga.
Argentina, España... es curioso cómo la vida ha dispuesto entre los dos países una realidad casi pararela.
la tragedias de las guerras y los desaparecidos es una carga que pesará siempre.
al leer tus post sobre las madres que luchan sin descanso por sus desaparecidos me estremezco. ¿por qué hay gente capaz de tanta brutalidad?
por suerte algunas personas ponen ese contrapunto a la maldad.
un saludo y muchas gracias!!
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