AGRIDULCE DEBUT Y OTROS TEMAS DEL PORTUGUÉS

Llegó el sábado y con él el reencuentro con el fútbol-sala federado. Había ganas de hacerlo bien, pero sobre todo había necesidad de ganar. El equipo anda necesitado de puntos y cualquier partido es crucial, pero sobre todo el del sábado ante un rival directo.

Pues bien, la cosa empezó mal, con una primera parte horrible, y aunque en la segunda parte la cosa mejoró, el partido ya no se pudo levantar.


En el apartado individual, la noche anterior dije que marcaría dos goles seguro y así fue. Algunos pensaban que sería fruto de la cerveza (¿por qué últimamente bebo cerveza sin parar? Viejuno; ¿y nuestras noches patrocinadas por JB?) pero no, yo me conozco y así me va. ¡Pero no me toques las palmas!

ACLARACIÓN A LOS FAMILIARES QUE LEAN ESTO: de JB una o dos, no más... ¡ejem!
Aclarado el tema, cuando salí del vestuario tras pasar por la ducha y ver como dos del otro equipo casi se pegan entre ellos (el 14, vaya personaje. Era un tipo rapado, que no paraba de gritar y se creía DjalminhaII, con su toque de agresividad. Los últimos minutos me emparejé con él y volví a recordar esos piques sanos con un contrario) un aficionado del otro equipo se acercó a felicitarme. Me dijo que le gustaron los goles, y claro, uno se va a casa algo más contento. Como no, un maravilloso partido del Atleti me volvería a alegrar la noche...

En fin, creo que hay equipo para sacarlo adelante (hablo del del fútbol sala, porque al Atleti no hay quien le meta en Europa) y espero que así sea. Espero que en el próximo partido el árbitro no nos eche a cuatro jugadores ni se nos vaya la cabeza tampoco demasiado.


El domingo fue un día mejor en el terreno deportivo, con dos victorias, una de ellas contudente con un tiki-taka vertiginoso. También me traje un "recuerdo", porque hoy me duele el pie izquierdo horrores, pero sin duda es mucho más llevadero que cualquier dolor testicular que se precie.

Y volviendo a la cerveza es curioso. A las 19:15 hicimos post partido en un bar para que los madridistas vieran perder a su equipo y al final primó el espíritu cervecil, por el cual hubo hermanamiento entre atléticos y madridistas, por la sencilla razón de que mal de muchos consuelo de pichones.


Y para acabar el fin de semana, leí en un periódico de tirada nacional (igual se me tacha de no sé qué por usar esta palabra "... se me juzgará como a un desertor ...")
que llega a España, vía Islas Británicas una nueva droga cuyos efectos primarios son poder estar una semana sin dormir, ya que actúa inhibiendo los efectos del Sistema Nervioso. La contrapartida para los potenciales usuarios de esta sustancia deniminada ICE es que en un año envejeces el equivalente a seis, en dos años el equivalente a doce...

Las fotos que venían en el periódico eran las típicas del antes y el después y los efectos se notaban claramente. Pero el envejecimiento iba acompañado de caras llenas de llagas y heridas. Con lo bien que se está en la cama... Siempre mejor acompañado, no lo niego, pero a la hora de dormir, déjenme solo, que me gusta moverme mucho hasta que encuentro el punto adecuado.


Esto último me recuerda a una de las noches que pasé con los amigos en Portugal. Mis despertares se hicieron muy famosos por mi mal humor matutino, pero la sorpresa creó que fue en Lisboa, donde tuvimos que compartir una noche de habitación con un americano trotamundos de unos 55 años porque no había sitio. Tócate los... bien, sigamos.

La sorpresa fue que si por el día ya soy algo inquieto (últimamente menos, que uno se hace mayor) por la noche sigo el ritmo. No estoy hablando de cosas raras, bueno, aunque raro en parte es, je. Me refiero a que pese a estar durmiendo mi cuerpo a veces no se desconecta y sigue su marcha. Empecé a pegarle patadas al colchón mientras dormía y mis amigos y el americano se despertaron desconcertados, mirando fijamente el espéctaculo. Como no se les ocurría nada mejor, lo solucionaron despertándome y yo, muy agradecido, me acordé de sus familiares más cercanos. Cosas de la amistad.



¡Vaya rollo he soltado hoy!