Aunque ya queda lejos, siempre es bonito recordar ciertas cosas para olvidar y evadirse un poco del día a día.
Entre tanta gente (en Madrid) y tantas historias, echo de menos a mi bici y a la soledad de la carretera. Es una droga, quizás difícil de entender, pero es en la soledad donde mejor se puede reflexionar.
Pagaría por poder pasar todos los días del año subido en la bici.
Esos son "los pantanos de la memoria"(Leopoldo María Panero), los que te sacan la sonrisa y olvidas lo que gira a tu alrededor.
Pues eso, a recordar... y sonreir... y soñar....
2 comentarios:
la verdad es que te entiendo...a veces ahoga esta ciudad. y uno echa de menos la tranquilidad, el espacio, la naturaleza, el silencio...pero es importante estar dispuesto y saber descubrir pequeños oasis en el dia a dia. yo se donde buscarlo...
V-lux, presentate al tour, que con tus mezclas raras seguro que vas igual de dopao.
Aunque luego...no,e?
no se como no te despeñas como las cabras por tus caminos raros. si fueras el percevo, solo por alguno de estos comentarios de chiquito (chiquito no murio?) te tiraba cuesta abajo.ya te vale perceval
Publicar un comentario