¿Se enamoró?, no.
¿Me acarició?, no.
¿Me enloqueció?, no.
¿Me admiró?, no.
¿Me comprendió?, no.
¿Me abrazó?, no.
¿Me ilusionó?, no.
¿Me entusiasmó?, no.
¡Ayuda!
¿Qué es lo que fue como verdad?
¿Dónde estás?, ¿qué te pregunté?
¿Me oyes?, estoy perdido.
¡Ayuda!
¿Qué es lo que fue como verdad?
¿Dónde estás?, ¿qué te pregunté?
¿Me oyes?, estoy perdido.
¿Me inspiró?, no.
¿Me fascinó?, no.
¿Me abandonó?, no.
¿Se escapó?, no.
¿Se disolvió?, no.
¿Se suicidó?, no.
¿Nunca existió?, no.
Nunca existió, no.
¡Ayuda!
¿Qué es lo que fue como verdad?
¿Dónde estás?, ¿qué te pregunté?
¿Me oyes?, estoy perdido.
¡Ayuda!
¿Qué es lo que fue como verdad?
¿Dónde estás?, ¿qué te pregunté?
¿Me oyes?, estoy perdido.
¡Ayuda!
¿Qué es lo que fue como verdad?
¿Dónde estás?, ¿qué te pregunté?
¿Me oyes?, estoy perdido.
¡Ayuda!
¿Me has oído?, estoy perdido.
Pero a ti que más te da,
tú nunca fuiste real.
Tú nunca fuiste real.
Tú nunca fuiste real.
Tú nunca fuiste real.
jueves, noviembre 18, 2010
LA ALCAZABA
Se han muerto los guardias que cuidan de la alcazaba,
ya puede ser nuestra la fortaleza en que te esperaba.
Asomado a la gran ventana donde no hay cristales,
cogiendo una pulmonía y los siete males.
¿Cómo iba a entender la policía
que una vez fuiste mía?
Como un cuervo sin ojos en el alféizar me posaba,
las piedras caían a la ciudad ya sepultada.
¿Cómo iba a enteder la policía
que una vez fuiste mía?
Sin tu magnetismo no me oriento en ningún mapa,
sin ti no es lo mismo, ya la calle se me escapa.
¿Cómo iba a entender la policía
que una vez fuiste mía?
ya puede ser nuestra la fortaleza en que te esperaba.
Asomado a la gran ventana donde no hay cristales,
cogiendo una pulmonía y los siete males.
¿Cómo iba a entender la policía
que una vez fuiste mía?
Como un cuervo sin ojos en el alféizar me posaba,
las piedras caían a la ciudad ya sepultada.
¿Cómo iba a enteder la policía
que una vez fuiste mía?
Sin tu magnetismo no me oriento en ningún mapa,
sin ti no es lo mismo, ya la calle se me escapa.
¿Cómo iba a entender la policía
que una vez fuiste mía?
domingo, noviembre 14, 2010
viernes, noviembre 12, 2010
miércoles, noviembre 03, 2010
ATARDECER EN EL PAÍS DE LAS CABEZAS
Pensaría que es el lugar más alto en el mundo,
con tanta inteligencia.
Al llegar te sientes importante, el número más alto de tu suerte
y sin embargo estás entre las neuronas más desgastadas del universo.
La profundidad de las conversaciones absorventes se medía con palillos
y las caras inmutables no contestaban a las preguntas
si no eran de sí o no.
¿Qué hacíamos allí?
Fingíamos buscar a alguien y era estúpido,
pues un torso andante no engaña sin relleno.
Son lugares laberínticos, sin minotauros pero con monstruos con espejos
que al mirar nos reflejan nuestra imagen,
sin distorsión, tal cual la destruimos antes de llegar
a ese extraño lugar.
No hay rostro que mostrar, no hay cabeza que vuelva atrás.
Dicen que en algunos lugares las trabajan, pero una vez exiliada
la recuperación es un milagro del tipo San Juan Autista.
con tanta inteligencia.
Al llegar te sientes importante, el número más alto de tu suerte
y sin embargo estás entre las neuronas más desgastadas del universo.
La profundidad de las conversaciones absorventes se medía con palillos
y las caras inmutables no contestaban a las preguntas
si no eran de sí o no.
¿Qué hacíamos allí?
Fingíamos buscar a alguien y era estúpido,
pues un torso andante no engaña sin relleno.
Son lugares laberínticos, sin minotauros pero con monstruos con espejos
que al mirar nos reflejan nuestra imagen,
sin distorsión, tal cual la destruimos antes de llegar
a ese extraño lugar.
No hay rostro que mostrar, no hay cabeza que vuelva atrás.
Dicen que en algunos lugares las trabajan, pero una vez exiliada
la recuperación es un milagro del tipo San Juan Autista.
martes, noviembre 02, 2010
Aunque mis crímenes...
...permanecen en el anonimato,
todas mis traiciones, todas mis vergüenzas,
están ahí fuera.
todas mis traiciones, todas mis vergüenzas,
están ahí fuera.
lunes, noviembre 01, 2010
LA RESISTENCIA CLANDESTINA DE LOS QUE CREEN CONSIGUE CAMBIAR EL RUMBO DE LOS ACONTECIMIENTOS
La vida era más oscura, la noche era cada vez aún más profunda,
y en un callejón entonces vi el recuerdo de lo que fuimos
y un segundo antes de pasar de largo definitivamente
paré y decidí reconstruir todo sabiendo que cuesta tiempo.
Si con poco aliento otros hicieron historia,
¿qué no podremos hacer cuando aún estás a tiempo?
Lo hecho queda ahí,
como fotos que se guardan y a veces se remueven para recordar lo que fuimos.
DESTINOS ARTIFICIALES COMO LA VIDA QUE LLEVAS DETRÁS
No hay reglas en el mundo que nos sirvan a todos.
Las únicas leyes inmutables bajaron del cielo
para influir en un mundo ávido de dioses
que hoy quedaron entre el olvido y la decepción.
Ellos salían, como tú y como yo.
Bajábamos al parque y entre todos nos preparábamos para el exceso.
Sin miedos ni prejuicios.
Eso era antes.
Ahora ya muchos se han convertido en señores y damas
que no pueden en público mostrar lo que desean y se meten en mundos que no conocemos
para dar rienda a sus asuntos.
Nunca les preguntes, no van a responderte,
pero si hablas de tus historias con ellos verás una sonrisa dibujada en sus rostros,
en el fondo quieren lo mismo,
en el fondo las leyes del animal las llevamos dentro.
Se dice que las cosas que caen al suelo no pasan de ahí,
pero el suelo de los humanos es diferente,
no basta con caer a tierra,
si no que no paramos de equivocarnos hasta que no estamos dentro de ella,
encerrados en esos tristes objetos de madera
o en las urnas que decoran excéntricas casas.
Ante esa verdad la gente saldría a la calle para no volver a entrar,
pero el miedo nos contiene,
el miedo a romper las barreras creadas artificialmente.
Es mejor esperar sentado en el sillón del sucio hospital
a que llegue el momento definitivo.
Adiós, ni nos oirán,
esperaremos al último momento para sincerarnos,
cuando no haya réplicas.
Sabes que preguntas y no van a responderte,
pero si hablas de tus historias con ellos verás una arruga marcada en sus rostros,
en el fondo querrían lo mismo,
en el fondo las leyes de la vida nos llevan por delante.
Las únicas leyes inmutables bajaron del cielo
para influir en un mundo ávido de dioses
que hoy quedaron entre el olvido y la decepción.
Ellos salían, como tú y como yo.
Bajábamos al parque y entre todos nos preparábamos para el exceso.
Sin miedos ni prejuicios.
Eso era antes.
Ahora ya muchos se han convertido en señores y damas
que no pueden en público mostrar lo que desean y se meten en mundos que no conocemos
para dar rienda a sus asuntos.
Nunca les preguntes, no van a responderte,
pero si hablas de tus historias con ellos verás una sonrisa dibujada en sus rostros,
en el fondo quieren lo mismo,
en el fondo las leyes del animal las llevamos dentro.
Se dice que las cosas que caen al suelo no pasan de ahí,
pero el suelo de los humanos es diferente,
no basta con caer a tierra,
si no que no paramos de equivocarnos hasta que no estamos dentro de ella,
encerrados en esos tristes objetos de madera
o en las urnas que decoran excéntricas casas.
Ante esa verdad la gente saldría a la calle para no volver a entrar,
pero el miedo nos contiene,
el miedo a romper las barreras creadas artificialmente.
Es mejor esperar sentado en el sillón del sucio hospital
a que llegue el momento definitivo.
Adiós, ni nos oirán,
esperaremos al último momento para sincerarnos,
cuando no haya réplicas.
Sabes que preguntas y no van a responderte,
pero si hablas de tus historias con ellos verás una arruga marcada en sus rostros,
en el fondo querrían lo mismo,
en el fondo las leyes de la vida nos llevan por delante.
Seguiré bordeando el infinito,
me buscaré cerca del animal.
...
Escuché a una chica dar un grito,
la escuché cerca del animal,
y noté en el fondo un regocijo,
me odiaré cerca del animal.
...
Reventaré la cabeza de
mi enemigo con un hierro
que he arrancado al intestino,
me tumbaré cerca del animal.
...
Te abriré mi corazón podrido
y te pondré cerca del animal.
me buscaré cerca del animal.
...
Escuché a una chica dar un grito,
la escuché cerca del animal,
y noté en el fondo un regocijo,
me odiaré cerca del animal.
...
Reventaré la cabeza de
mi enemigo con un hierro
que he arrancado al intestino,
me tumbaré cerca del animal.
...
Te abriré mi corazón podrido
y te pondré cerca del animal.
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