EL FÚTBOL (2ª PARTE). MI CASO PARTICULAR.

Del caso más sonado de estos días, al mío particular.

El año pasado fiché por un equipo para jugar al fúbol sala.
Llevaba unos meses parado, porque había perdido la ilusión por jugar.
Gracias a ese club la he ido recuperando a la par que he vuelto a jugar un nivel aceptable.

Por ese motivo, he recibido una oferta para fichar por un equipo que está en una categoría superior a la anterior.
Aceptando esa oferta volvería a NACIONAL A, la tercera mejor categoría del fútbol sala, volvería con viejos compañeros y sobre todo, volvería a viajar los sábados para dirigirnos a cualquier parte de España en la que tuviera partido.
Eso es algo que durante este tiempo he echado de menos... tenía su encanto viajar a Burgos, Zamora, Segovia...

El problema es que los dos clubs no se ponen de acuerdo y cada vez se distancian más.
Mi actual club pide un dinero por mi traspaso que yo soy el primero que no estoy dispuesto a permitir.
Creo que algunas personas están perdiendo un poco las formas y el gran perjudicado seré yo, porque cuando las personas no quieren entenderse...
No por no ir al otro club, cosa que tampoco me importa demasiado ya que yo considero que lo mejor sería acabar la temporada donde estoy y a partir del verano escuchar ofertas, para acabar así el proyecto de esta temporada y no fastidiar a mi actual club, pero creo que los formas y frases actuales no van en la buena dirección y menos si se refieren hacia mí.

Ayer por la tarde hubiera aceptado de muy buen grado seguir hasta final de temporada en mi actual club.
Por la noche las cosas cambiaron y no sé que pasará finalmente. La decisión estaba en mi mano, pero ahora tienen que pasar cosas para que yo decida lo que hago.
La verdad es que me da igual mandar a tomar por culo el fútbol de aquí hasta junio y ahí ya pensar que decisión tomaría para la próxima temporada.

Y como decía hoy en otra entrada, el que me busque de buenas me encontrará de buenas, el que me busque de malas me encontrará de malas y a lo mejor le busco yo después, que conmigo chorradas las justas.
Cuando creo que tengo razón y estoy muy seguro, defiendo mi razón y lo mío con todas las consecuencias, guste o no guste.
Por las buenas muy bien, por las malas muy mal, es simple, ¿verdad?