...del sueño. 
Ni utopías, ni manifiestos, ni carreras del salmón. 
Mi lucha es otra, aunque no sé cuál. 
Frío y dejadez frente a sentir y querer creer, quedando en el medio no sé qué palabras y restos de corazones naufragados. 
Una bala de plata, no quiero otra cosa. La segunda a gastar. 
La primera fue para matar al cruzcables que habitaba en mí. 
La segunda... para poner un punto y final al ciclo de nunca acabar. Bucles de mierda. 
El verano, el mar y mi bici. No necesito más. Una línea recta y no volver a mirar atrás jamás. 
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario