lunes, agosto 22, 2011

BUENOS RECUERDOS

Vale ya de pensar con los pelos revueltos, que hace mucho viento con el cielo entero abierto.
Dos cables de la luz que se quieren dar un beso, me ha dado por ahí y os he echado, echado de menos.
Para poderos recordar... voy a apuntarme a un taller de memoria, me ha dicho uno que trabajan muy bien.
Van a borrarme los malos recuerdos, envuélveme los buenos, que esos no quiero perderlos.

Ponte gafas de sol. A las seis menos cuarto he quedado (...) vámonos a fumar o a subir a la azotea.
Sólo faltas tú y el azul, azul de bicicleta.
Para poderos recordar... voy a apuntarme a un taller de memoria, me ha dicho uno que trabajan muy bien.
Van a borrarme los malos recuerdos, envuélveme los buenos, que esos no quiero perderlos.
(No quiero, no quiero perderlos. Son buenos, los buenos recuerdos son buenos)

martes, mayo 31, 2011

ESE MANIFIESTO VISCERAL

Alguien se paró a decir:
- “¿Por qué lo haces? O mejor dicho: ¿por qué no lo haces?”
- “No les deis ideas, por si piensan demasiado” respondieron.
Porque pensar que si te vas a la cama sin nada a lo que dar vueltas es algo bueno, bien probable puede ser que tu vida esté vacía de acontecimientos interesantes.

Anteayer era un niño y aunque por fuera ya no está, sigo creyendo en él. Parece que para sentir la vida tienes que ver o sentir que la pierdes.
Hace diez años veía a los que tenían mi edad actual de otra forma. No sé que habrá cambiado, pero cuando me reencuentro con viejos compañeros del colegio los veo tal y como imaginaba que serían a esta edad.
¿Era necesario ser así? ¿Estábamos predestinados?

Nos han enseñando a vivir de una forma, a aceptar las reglas, a ponerle freno a los impulsos, a renegar de lo diferente… y el influjo de este adiestramiento intensivo nos hace dejar de lado nuestra parte animal, esa que hace que un minuto parezca un segundo, que consigue que dejemos de lado la fachada de la apariencia, esa que separa al loco, al soñador y al genio (y a algún otro que se me olvide) del vulgo, esa que nos crea las crisis internas que hacen tambalearse hasta al más grande y pulcro emperador.

Por un momento me gustaría que fuera diferente, que la gente viera la vida de otra forma.
Hace unos días se habló de revolución, pero la revolución empieza en uno mismo, en el individuo.
Lo que los hombres han creado a lo largo de los años no se desmorona en un minuto. Hoy en día nuestro ritmo de vida levanta y destruye ídolos para volver a vanagloriarlos al pasar dos décadas, porque eso es fácil.
Queremos destruir algo viejo a cambio de construir algo nuevo, que se hará viejo también. Y mi revolución soñada no está ahí.
Mi revolución, la que deseo, está en las relaciones humanas, en el centro de la cultura, en la organización humana…
¿Por qué vivir más deprisa de lo que toca?
Si el 2011 apenas ha empezado y ya casi se ha ido en su mitad, no necesitamos crear más estrés en el camino hacia la ceniza.
¿Por qué no sonreír, ostie?
Se puede ser feliz simplemente charlando.
¿Por qué hacerlo todo contra el sistema?
No hace falta ir contra nada/nadie para reafirmarse. Puedes cambiar desde dentro, desde uno mismo.

Empezaría diciendo que entendemos mal el amor y ahí empieza todo, pero no tengo ganas de líos en este momento.
Sólo sé que no volverá lo que no hemos hecho…

martes, marzo 15, 2011

UNA LLAMADA A LA ACCIÓN

Nos conocimos ayer, tú me invitaste a beber,
yo te invité a a noséqué tú dijiste "¡qué bien!"
y te hablé de poesía, por ver que decías, si es tontería,
que sí, que no...

Llegó la luz al salón y vi tu sujetador
y en cada pezón una llamada a la acción.
Entiéndeme extranjera, ven a mi vera que te alabe el gusto,
será que es primavera y tú aún soltera,
que error de bulto, que patán, me he explicado fatal.

Así rimaba el profeta, torpemente con bragueta
en un mundo mejor habrá que hacer el amor...
Y venga a darle al alpiste, la vida es muchas veces triste,
es repetición, habrá que hacer el amor
"porque nunca esta hecho" dije cuando tú miraste al techo
en un mundo mejor.

martes, marzo 01, 2011

¿Me importa un pito? NO CON LA TV

La verdad es que vídeos como el siguiente me hacen cuestionarme muchas cosas.

La primera respuesta que obtengo al plantearme la pregunta de "¿cómo hemos llegado hasta aquí?" es que la culpa es de los ciudadanos de este país.
Porque estamos acostumbrados a vivir pensando en que los cambios pueden ser a peor y que es mejor convivir con lo "malo" conocido, lo cual bien pensado no está mal pero no es la postura que tomamos ante los concursos televisivos.
En ellos vitoreamos el riesgo, apoyamos al que se enfrenta a la lógica y en algunos casos hasta querríamos meter en nuestro hogar a comer unos huevos con patatas a cualquier desconocido que muestra poses desafiantes al orden del poder.

Pasamos del gobierno de la P de privatización al gobierno de la P de prohibición.
Y seguimos tragando, cual ganado sediento. No tenemos fondo.

Nos cabreamos porque el árbitro no pita un penalti, porque no podemos fumar en el bar, porque los controladores no nos dejan viajar... nos cabrearemos porque no podemos correr en el coche... y la vida seguirá igual, pasará el tiempo y nos acostumbraremos, lo olvidaremos y vendrán otros que harán y desharán...

Y mientras la TV nos ofrecerá lo mejor de sí misma para deleite del paladar córneo.
Y con el piloto automático iremos de casa al trabajo del trabajo al super, bar, derivados y de ahí al salón de la TV.

Yo ya no sé si dejar de preguntar.
Quizás será mejor que dejé de responder a las preguntas. Prejuicios, políticos y alcohol. Mala combinación.