La posibilidad de que en un futuro se construya un ascensor espacial ha recibido un impulso con la presentación de un nuevo prototipo en un encuentro organizado recientemente en Luxemburgo. Age-raymond Riise, de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), mostró su prototipo en la Segunda conferencia Internacional de Diseño del Ascensor Espacial.
El proyecto prevé anclar una cuerda de al menos 36.000 kilómetros de longitud a la tierra, que funcionaría como un "ascensor al espacio" para poder realizar misiones espaciales más baratas.
Según los asistentes a la conferencia, si bien el nuevo prototipo solventa uno de los principales obstáculos técnicos del proyecto -la manera de suministrar energía a la cabina del ascensor para que llegue al espacio- todavía quedan varios puntos por resolver.
Planteada por primera vez por el científico ruso Konstantin Tsiolkovsky en 1895, a lo largo de los años la idea de construir un ascensor espacial ha llamado la imaginación de muchos científicos. Ésta se basa en utilizar la fuerza centrífuga exterior que proporciona la rotación de la tierra. Para que se hagan una idea, imaginen una cuerda atada a una pelota de fútbol que se hace girar.
La cuerda se distanciaría de la pelota y se tensaría. Si la fuerza centrífuga de la tierra se equilibrara con su fuerza gravitacional -haciendo uso de un cable para el ascensor espacial cuyo centro de masas esté en orbita geoestacionaria- el cable permanecería tenso permanentemente, proporcionando el medio para propulsar gente y cargamentos al espacio.
Hasta ahora, uno de los grandes inconvenientes ha sido la manera de propulsar la cabina que ascendería por el cable hasta el espacio. Algunas de las propuestas incluyen suministrar a la cabina energía de microondas o de láser desde la superficie de la tierra, o incluso de colectores de energía solar orbitales.
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