Porque sí,
porque no,
por casualidad, azar y tal,
por causalidad,
por cojones (o por ovarios)...
Qué más da.
Me suelen preocupar las consecuencias que podrían tener unas decisiones frente a otras,
pero en los últimos tiempos veo que es una pérdida de tiempo y de materia gris
vacilar en temas triviales.
Al fin y al cabo lo que estás por venir es algo que no existe.
Como la rana Gustavo, un repotero dicharachero y de puta madre,
pero que no dudaba a la hora de elegir: moscas para desayunar,
moscas para comer,
moscas para cenar.
Ciértamente el desayuno es una de mis comidas menos preferidas, cosa que no es tema de hoy.
Ahora podría pensar en personas cuyas cabezas podrían tener dudas sobre si hacer esto o lo otro,
sobre si la vida merece la pena,
sobre las sorpresas que da la vida (la vida te da sorpresas).
Creo que en un momento u otro todos tenemos en la cabeza estas cuestiones:
unos las plantean antes de pisar el acelerador del coche,
otros viajan a 160 km/h y no lo valoran en demasía,
otros lo lamentan al tener el accidente;
por otros lo lamentan los demás tras fallecer en un maldito accidente que bien sabe la vida,
esa que plantea posibilidades y futuros y mundos paralelos e hipotéticos que no existen (al menos hoy. Esto lo pongo porque queda muy bien si en un futuro alguien demuestra lo contrario decir que "yo dudaba un poco...").
Otras variedad de personas que se lo pregunta (englobo a...) es esa que,
llegado el momento,
recibe el bofetón vital en la cara (palmadita culera si es cambio de malo a bueno).
Cambian los planes que tenían en mente y todo gira drásticamente.
Tengo un caso cercano, y en este caso la vida hace justicia, no sé la razón por la que sucede, pero es justicia poética 100%.
Llegado el día, me sentaré en la parada del autobús, abriré un cerveza, brindaré y diré que la V de Vendetta (y de L.V.) ha llegado a su fin.
Me viene en este momento a la cabeza un consejo rebotado que recibí a modo de carta de presentación (o carta de ajuste vendría más a tono):
"el mejor amigo de uno es uno mismo"; sí.
Pero la vida no se vive solo en un mundo aislado del resto de seres vivos.
Hay interacciones que crean vínculos que en ocasiones son más fuertes e interesantes que todas esas mierdas que anuncian en la teletienda o catálogos de grandes cormecios.
Los demás son importantes también
Y los demás también respiran, viven y sienten.
Y como todos tienen sus buenos momentos, los malos y sus problemas a superar.
Ahí la diferencia es cómo los afronta cada uno.
Unos hacia arriba, a luchar a muerte, otros mirada abajo o perdida.
Hay quién se rinde de antemano.
La vida no es siempre bonita,
a veces es muy jodida,
y especialmente maldeciré los años bisiestos,
pero sólo hay una.
Brindemos para hacer lo que queramos, crear lo que no existe y escribir en el libro en blanco lo que logremos,
para bien,
para mal,
por ti,
por los demás.
(entrada en construcción:
no sé si finalizará aquí o si la continuaré, que me gusta como ha quedado.
Snif, snif, me pongo sentimental, je)
2 comentarios:
Hay mucho tuyo en este post.
Muchas cosas quieres decir , percibo algunas , pero esa capacidad de encriptar que tenés a veces no deja ver atrás.
Pero por como escribís y las cosas que decís . Seguramente en el fondo te calman.
A mí también me gusta mucho la "V" porque es V de vida , de verdad y de venganza .chauu
estos meses de calor dan para pensar mucho, je.
no sé, la cosa es que en las últimas fechas tuve demasiadas conversaciones sobre la vida, la muerte,
lo bueno, lo malo...
al final es todo tan ambiguo que los extremos acaban inutilizándose.
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